jueves, 26 de enero de 2012

Finaliza proyecto "Estableciendo Redes Artísticas Culturales: Lautaro una Ventana al Mundo"

Gracias al apoyo del Gobierno Regional y en conjunto con la Municipalidad de Lautaro; hemos logrado aunar esfuerzos para la realización del presente intercambio cultural entre dos Culturas, las cuales son la base natural de Brasil y Chile


La cosmogonía mapuche ubica su propio origen después de un gran diluvio provocado por la gran serpiente de los mares, Kai Kai; la otra gran serpiente, la de la tierra, Ten Ten (o Tren Tren) que habita sobre los volcanes, aconsejó a unos pocos hombres de subir hasta las cimas para protegerse; todo quedó inundado y todo comenzó de nuevo con el gran diluvio. Para ellos, sólo se llaman mapuches los sobrevivientes. Más tarde los propios mapuches, según el pensamiento de los machis (sabios curanderos), interpretarían este gran suceso como un fenómeno que se repite a lo largo del tiempo, como una limpieza y una renovación macroestacional; por ejemplo, para ellos los conquistadores españoles fueron el equivalente al diluvio, una limpieza donde debían perecer algunos mapuches, ayudando así a "limpiar" el territorio de hombres impuros. Hay varias versiones que señalan que los no sobrevivientes se convirtieron en peces o en piedras o en otras formas no humanas

Los Yaminawá son los habitantes del centro de la selva y de la miserable periferia de las ciudades: representan el ‘salvaje’ marginal o el indio ‘aculturado’ que mendiga en las calles. De esta manera, encarnan en si mismos las contradicciones mas dramáticas del imaginario y de la historia de la Amazonía. Precisamente podemos encontrar esas dos (2) versiones de los Yaminawá en una página de ‘Gazeta de Río Blanco’ (17/09/97): por un lado se informa de la presencia de estos indígenas en una ‘Favela’ (asentamiento humano generalmente ubicado en las márgenes de las ciudades y que se caracterizan por su pobreza y por asociarse, en ocasiones, a la criminalidad) de la capital acreana (del estado brasilero de ‘Acre’); y por otro, se les atribuyen una serie de ataques con los que aterrorizan a los habitantes de una remota plantación cauchera.

El término Yaminawá comienza a aparecer en la segunda mitad del siglo pasado, y frecuentemente se traduce como ‘gente de hacha’ (a veces de piedra -índice de ‘primitivismo’- y a veces de hierro), debido a la avidez con la que dichos indígenas buscaban utensilios de metal en las plantaciones de caucho.

Es muy común que solamente se sepa de los Yaminawá por medio de otros indios como los Kaxinawá (del Brasil) y los Shipibo (del Perú), quienes temen sus incursiones o son víctimas de ellas. Es importante mencionar que ‘Yaminawá’ es el nombre con el que los blancos los designaron, y que ellos decidieron adoptar. Las grafías de esa denominación son muy variables: además de Yaminawá (en el Brasil) y Yaminahua (en el Perú y en Bolivia), se puede encontrar ‘Yuminahua’, ‘Yabinahua’, ‘Yambinahua’, etc. Pero más allá de la diversidad ortográfica, debemos tener en cuenta que la costumbre de hacer cambios a los nombres de los pueblos vecinos -muy común en el juego de las relaciones interétnicas Pano-, también puede generar otras nuevas versiones.

Estas dos culturas se encontraron y compartieron sus saberes tradicionales, en las zonas rurales de Brasil y de Lautaro, compartiendo tradiciones, leyendas y los mismos problemas y necesidades.

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